Esta mercancía resulta atractiva por su relativa fácil salida en el mercado negro y supone un gran problema para el comerciante, que en un robo rápido puede sufrir pérdidas superiores a 12.000 €. Las aseguradoras, por su parte, comienzan a ver el sector como altamente problemático.
Alarmas y videocámaras demuestran tanto su necesidad (para demostrar y mostrar el robo) como su inoperancia (al avisar del robo, pero no impedir que se cometa). Los cilindros electrónicos (para evitar sencillos accesos por las puertas) y especialmente la Niebla de Seguridad, (para disuadir o repeler la intrusión) cobran para este tipo de establecimientos una gran importancia.
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