lunes, 21 de marzo de 2011

Proliferación de estafas/hurtos en cajeros automáticos



Ahora el pegamento sobre el teclado... Esta técnica ha comenzado a detectarla la policía de San Francisco en algunos cajeros automáticos de la localidad norteamericana, aunque realmente no es algo nuevo. Los ladrones utilizan un pegamento para bloquear las teclas de enter, clear y cancel. Cuando el cliente introduce su tarjeta y su código PIN se encuentra con que no puede cancelar ni continuar operando con el teclado (lo curioso es que muchos de esos cajeros permiten utilizar indistintamente el teclado físico o la pantalla táctil, pero mucha gente parece que no lo sabe) y se aleja del cajero para solicitar ayuda, momento en el que los delincuentes aprovechan para llevarse un dinero que en muchos casos el estafado no echa de menos hasta días más tarde. En algunos casos, incluso complementan esta técnica con la colocación de una pegatina con un número de teléfono falso para incidencias, y el cliente cree que entabla contacto con la entidad bancaria cuando lo que está haciendo es seguir las instrucciones del delincuente.

El problema es que estás técnicas son bastante "rentables" para quien delinque, porque lo que realiza no es un robo con violencia, sino a lo sumo un hurto por descuido, y como mucho le sancionan por un delito de vandalismo contra el cajero.

Estos métodos se unen a otros ya conocidos como la de trabar la salida de la tarjeta de la unidad lectora, la captura del registro de banda magnética reemplazando el lector original por uno falso, el bloqueo de la salida de dinero o la instalación de minicámaras en el habitáculo para registrar el tecleo del PIN.

Esto no debe servir para atemorizarse ante el uso de las tarjetas y los cajeros, pero sí es muy conveniente estar alerta y seguir una serie de consejos que entran dentro del sentido común.

El primero, obligatoriamente está relacionado con su clave de acceso. Para establecer su clave, no utilice una fácilmente deducible (como la fecha de nacimiento, el número de DNI, etc.). Ésta debe memorizarse y no transmitirse a nadie. Por supuesto no debe apuntarla en ningún papel en su cartera, y mucho menos escribirla sobre la tarjeta.

El teléfono móvil es hoy un compañero inseparable. En la agenda del mismo lleve grabado el número del teléfono de avisos, incidencias y bajas que figura en el dorso de la propia tarjeta. Ese número téngalo también anotado en otras partes, por si le robaran o perdiera el teléfono. Teniéndolo a mano podrá dar de baja la tarjeta cuanto antes.

Cuando se acerque a un cajero automático hay que tomar una serie de precauciones, que además han de ir relacionadas con la hora del día, la tipología de los cajeros y la presencia de gente en los alrededores.
Existen cajeros que ofrecen la posibilidad de acceder al interior mediante un lector de tarjeta. En muchas ocasiones el habitáculo está abierto sin necesidad de introducir la tarjeta, pero además, muchos de ellos pueden ser abiertos con cualquier otra tarjeta.

Procure evitar el uso de cajeros aislados, mal iluminados, sin cámaras de vigilancia.

Observar el cajero con una mínima atención es importante, pues si se aprecia algo raro en el lector de tarjetas, algo que pueda obstruir la salida, o elementos extraños (como artilugios para publicidad cercanos al teclado) es mejor desconfiar y dirigirse a otro cajero.

A la hora de marcar la clave conviene ocultar el teclado con una mano, bolso o similar,  mientras se marca el número con la otra, para impedir así que nadie de alrededor (o por minicámara) llegue a conocer su número secreto.

Desconfíe siempre de quienes aparecen rápidamente a ayudar si la tarjeta se le queda atascada, pues puede ser perfectamente alguien que pretenda aprovecharse de su inocencia. Nunca  verbalice ni teclee delante de nadie su número secreto, y no abandone el cajero dejándolo sólo ni mientras alguien se ofrece a cuidar su posición. Llame a la entidad bancaria o en su caso a la policía y no se mueva del lugar hasta solucionar el problema. Si no dispone en ese momento de teléfono, pida ayuda a alguien para que llamen a la policía y espere a su llegada.

En los restaurantes y comercios donde efectúe pago con su tarjeta, exija que el cobro se haga delante suyo.

Desconfíe de los premios, ofertas y comunicaciones dudosas mediante links incluidos en correos electrónicos. Habitualmente se tratan de técnicas de phising que simulan enlazarle a una web casi idéntica a la de su banco para poder obtener sus datos personales, bancarios y de tarjeta.  Recuerde que su banco no le pedirá por correo ni a través de enlaces ninguno de esos datos. Las comunicaciones seguras con su banco siempre tendrán además una dirección de URL que comenzará por https:// (importante fijarse en la "s" final).

Otro consejo complementario, sencillo y necesario es el de mantener un seguimiento regular de los movimientos de la cuenta bancaria, para detectar situaciones anómalas ante las que reaccionar rápido con la entidad bancaria en cuestión.


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